En 1901, unos buzos encontraron frente a las costas griegas un extraño conjunto de engranajes corroídos por el mar. Nadie imaginaba que aquel hallazgo iba a cambiar nuestra visión de la ciencia antigua. Hoy descubrimos el misterio del Mecanismo de Anticitera, una máquina que parecía imposible para su tiempo.
